Nadie se salva de la rumba Siro Rodríguez (Trío Matamoros) CUBA
Coro: Nadie se salva de la rumba A cualquiera lo lleva hasta la tumba
La rumba no tiene raza Pa´ la rumba no hay color La rumba se baila en masa Así haga frío o calor
Cuando suenan los cencerros Cualquiera marca el compás Yo he visto bailar a un perro En las dos patas de atrás.
(Coro) Mira si gusta la rumba Que ya nadie critica Y cuando el amor retumba Todos sienten pica pica.
Y si quieres deleitar El poder de la rumbita Ya la bailan los muchachos Las viejas y las pavitas.
(Coro) La universidad sintió De la rumbita el rumor Y allí también bailó Del estudiante al rector.
Trigueña, rubia y negrita Se confunden al bailar La sandunguera rumbita Que pone al mundo a gozar.
Hacha y machete
Hacha y Machete Compositor: Enildo Padrón Interprete: Héctor Lavoe
Seguro, firme y decidido, buscando una mejor sonoridad. Agrupamos el sabor con el ritmo, dándole vida a este conjunto musical.
Unidos en una sola pieza, modernos los rumberos, nos vamos a tocar.
Rechazando a aquel que nos combata, y respetando a quien nos sepa respetar.
Pa'lante, alta la frente, de frente vamos a demostrar, que lo nuestro no fue un golpe de suerte, somos hacha y machete, y esta es la verdad. (bis)
CORO: ¡Fuerte, fuerte! ¡Hacha y machete!
Bembé
New York 1936
Harlem Salsa
La Salsa, en sentido estricto, nace durante los años sesenta en Nueva York, concretamente en el Spanish Harlem, más conocido como El Barrio, y no es un ritmo musical definido como el son, la plena o la cumbia, sino un movimiento socio-cultural urbano, sintetizado en una expresión musical, creada y desarrollada por los emigrantes del Caribe y algunos músicos norteamericanos identificados con el pathos latino y seducidos por los ritmos de Cuba y Puerto Rico. La salsa basa su patrón rítmico en la guaracha cubana, pero arreglada con influencias del jazz, el rhythm & blues (R&B), el soul y el rock´n roll. En el apartado instrumental, la salsa redefine el papel de instrumentos como el trombón, el clarinete, el vibráfono y la percusión menor para acentuar el carácter urbano de la expresión, para vehicular la rabia de la calle, la marginación de los latinos y la permanente fajazón con los elementos a la que están abocados para garantizar la supervivencia. El sonido de la Salsa es seco, estridente, cortante, frontal y sin concesiones al bailador o al oyente. Los arreglos son ásperos, variados e ilimitados. Por último, la Salsa se caracteriza en sus letras (lírica o gramática) por su amplitud temática, le canta al barrio y a la mujer, a los abuelos y a la gastronomía, a la tristeza y a la alegría, al delincuente y a los celos, al tambor y a las putas, a la injusticia social y a los dioses africanos. Y lo hace con un verbo duro, lumpen (caló) y directo, sin edulcorantes, pero también tierno y amable. En esto, la Salsa comparte status con otra gran expresión musical urbana: El Tango. Como éste, la Salsa es una música viril, pendenciera, melancólica y orgullosa. El Tango se expresa en lunfardo y la Salsa en caló, dos formas cerradas y urbanas del habla. ¡Ahí na'ma!